Recetas

Direcciones

Mezcle la levadura con un poco de agua tibia y deje reposar durante 10 minutos. Mientras tanto, tamice la harina en un bol, añada la sal, mezcle y haga un agujero en el centro de la masa. Bata 3 huevos en otro bol.
A continuación, añada la mezcla de levadura, el resto del agua tibia, los huevos batidos, el aceite de oliva, el azúcar y la ralladura de naranja y limón a la mezcla de harina. Amase con la mano hasta conseguir una pasta blanda y uniforme. Puede que le lleve unos 10 minutos conseguir una pasta blanda y maleable que no se pegue.
Cubra la masa y déjela fermentar en un lugar cálido hasta que haya doblado su tamaño (en función de la ubicación, puede llevar al menos 1 o 2 horas).
A continuación, divida la masa en cuatro partes de igual tamaño sobre una superficie enharinada y amase hasta hacer cuatro bolas. Presione sobre ellas para aplanarlas un poco y, utilizando los dedos, haga un pequeño agujero en el centro de cada bola y coloque un huevo duro en cada uno. Coloque las bolas en una o dos bandejas de horno cubiertas con papel de hornear, cúbralas y déjelas reposar durante otra hora.
Precaliente el horno a 180 °C (calor superior e inferior).
Bata un huevo y pinte la superficie de la masa con una brocha. Hornee en el horno durante unos 20 o 25 minutos hasta que hayan crecido lo suficiente y se hayan dorado. Luego sáquelas del horno y déjelas enfriar en una rejilla de horno. Cada pieza proporciona 4 raciones.

¡Que aproveche!

Los huevos decorativos no se tienen en cuenta en el cálculo. Se hornean por costumbre y se dan como regalo o se comen en Pascua. Como es habitual en la mayoría de los platos tradicionales, existen muchas versiones de esta receta. A menudo se hornea una sola mona un poco más grande, con forma de conejito, pollo o corderito. En esta versión moderna, no hay límites para la imaginación.