Durante los estadios iniciales de la ERC, la dieta saludable incluye gran variedad de cereales, sobre todo cereales integrales, fruta y verdura frescas. Recuerde que nuestro organismo necesita energía suficiente para funcionar correctamente.
La parte principal del suministro de energía debería provenir de los hidratos de carbono y las grasas; sin embargo, también deberá asegurarse de reducir la proporción de grasas saturadas y colesterol; en su lugar, debe elegir grasas no saturadas y aceites (por ejemplo, aceite de oliva y pescado).
Un cambio fundamental en su dieta podría ser la limitación de la ingesta de proteínas. De este modo, podrá preservar la función renal y reducir la cantidad de sustancias indeseadas que pasan al torrente sanguíneo. Los alimentos que tienen un alto contenido proteico son, sobre todo, productos como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos.
Mientras la producción de orina sea normal, no tendrá que limitar la ingesta de líquidos. Sin embargo, deberá restringir la ingesta de sodio. Dado que la sal se une al agua, su cuerpo necesitará ingerir más líquido. El sodio se encuentra fundamentalmente en la sal de mesa y los alimentos ya preparados como —por ejemplo— las salchichas, la comida enlatada y la pizza congelada; sin embargo, la sal también está presente, por ejemplo, en el pan, el queso y el jamón. Debe tratar de sustituir la sal de mesa por hierbas aromáticas y especias, así como cocinar productos frescos siempre que sea posible.