“Mi madre me cuenta que de pequeña siempre dije que quería estudiar Medicina. No tengo memoria de otra cosa. Con la especialidad fue algo parecido, aunque al inicio de empezar la carrera no lo tenía claro. Empecé averiguando en lo que no quería especializarme para, después, saber que solo iba a elegir plaza en un lugar donde pudiera hacer Nefrología, porque es una especialidad muy amplia”, explica la Dra. Gabriela Pimentel.
Eligió el Hospital San Pedro de Logroño para hacer su residencia porque ofrecía un buen programa de Nefrología, ciudad a la que regresó dos años después de haber estado en Murcia, a donde se fue una vez terminada la especialidad para trabajar tanto en la sanidad pública como en la privada. “Prefiero Logroño porque es una ciudad pequeña y muy cómoda, aquí se vive muy bien”, asegura esta dominicana de origen, pero riojana de corazón.
Desde hace cuatro años, trabaja en el Centro de Diálisis Logroño de Fresenius Medical Care en donde asegura que tiene un gran ambiente de trabajo. “La relación con Enfermería es muy buena. El buen ambiente en el trabajo es fundamental porque repercute en el paciente”, asegura. También cuenta con una gran y buena interacción con los nefrólogos del hospital de referencia: “los conozco mucho porque allí hice la residencia, y porque además hablamos todos los días. La comunicación es diaria y necesaria, porque los pacientes acuden allí a hacerse pruebas, análisis, operaciones y tenemos que estar en permanente contacto con los nefrólogos de allí para dar información del paciente y también para que nos la den”.
El paciente renal, asegura, es un paciente muy complejo porque el riñón relaciona con muchos otros órganos y con frecuencia presentan otras patologías como la cardiovascular o problemas endocrinológicos. “Por eso es importante tener en cuenta muchos aspectos de su salud. También es fundamental, cuando inician la terapia, hablar con el paciente, explicarle lo que le ocurre porque su evolución va a depender mucho de si entiende bien lo que le pasa y cómo funciona la terapia”.
El trabajo en un centro de diálisis permite un contacto muy estrecho con el paciente: “a diferencia de otras especialidades, la nuestra implica ver al paciente varias veces por semana, eso hace que termines conociendo muchos detalles de su vida, de su familia, su entorno y de su salud, no sólo la relacionada con la nefrológica, sino otros aspectos. Estos pacientes ven poco a su médico de familia porque nos tienen a nosotros y nos consultan sobre muchos de sus problemas”.