El color verde refleja una enfermedad estable, con mediciones de seguimiento anuales en el caso de que el paciente presente ERC; el amarillo requiere precaución y la medición de los parámetros como mínimo una vez al año; el color naranja indica la necesidad de llevar a cabo estas mediciones 2 veces al año; el rojo indica que estas mediciones se deben efectuar 3 veces al año, mientras que, con el color rojo oscuro, se recomienda una supervisión más rigurosa con aproximadamente 4 o más mediciones de los parámetros al año (como mínimo, una medición entre cada 1 a 3 meses). Se trata de recomendaciones generales únicamente basadas en la opinión de expertos, de manera que se deben tener en cuenta comorbilidades subyacentes y el estado de la enfermedad, así como la probabilidad de que estas mediciones impliquen cambiar el tratamiento del paciente. ERC: enfermedad renal crónica; FG: filtración glomerular. Modificado con el permiso de Macmillan Publishers Ltd: Kidney International. Levey AS, de Jong PE, Coresh J, et al. The definition, classification, and prognosis of chronic kidney disease: a KDIGO controversies conference report. Kidney Int 2011; 80: 17-28; dirección: www.nature.com/ki/journal/v80/n1/full/ki2010483a.html<sup>1</sup>
Evaluación y definición de la progresión de la ERC
La gráfica sobre FG y albuminuria refleja el riesgo de progresión mediante la intensidad del color de las celdas (verde, amarillo, naranja, rojo y rojo oscuro). Los números de las casillas indican la frecuencia de la supervisión (número de veces al año).
Determinación de enfermedad crónica
En personas con FG <60 ml/min/1,73 m2 (categorías G3a a G5 dea FG) o marcadores de daño renal, hay que revisar los antecedentes y las medidas anteriores para determinar la duración de la enfermedad renal.1
- En el caso de que la duración sea superior a 3 meses, se confirma la ERC. Se deben seguir las recomendaciones para la ERC.1
- En el caso de que la duración no sea superior a 3 meses o no esté clara, la presencia de ERC no se confirma. Es posible que los pacientes padezcan de ERC o enfermedad renales agudas (incluido la lesión renal aguda (LRA)) o ambas y deberán repetirse las pruebas analíticas para determinarlo.1
La evaluación de las causas
Se debe evaluar:
- El contexto clínico, incluidos los antecedentes personales y familiares,
- Los factores sociales y medioambientales
- La medicación
- Los resultados de la exploración física
- Los valores de las pruebas clínicas,
- Las pruebas radiográficas y
- El diagnóstico patológico, a fin de determinar las causas de la enfermedad renal.1
La evaluación de la FG
Para la evaluación inicial, la comunidad nefrológica recomienda utilizar la creatinina en sangre y una ecuación con la que calcular el FG.1
También se recomienda emplear otras pruebas analíticas (como la medición de la cistatina C o de la depuración) a modo de pruebas de confirmación en aquellas circunstancias concretas en las que la filtración glomerular estimada (en inglés, eGFR) basada en la creatinina en sangre no resulte exacta.1
La evaluación de la albuminuria
Para los análisis iniciales sobre proteinuria, la comunidad nefrológica recomienda, si es posible, emplear la primera orina de la mañana y tomar las siguientes medidas:
- Cociente de albúmina/creatinina en orina (ACR)
- Cociente de proteína/creatinina en orina
- Análisis de orina con tiras reactivas para efectuar una lectura automatizada de la concentración total de proteínas
- Análisis de orina con tiras reactivas para efectuar una lectura manual de la concentración total de proteínas.1
Se recomienda a los laboratorios clínicos notificar el cociente de proteínas/creatinina (ACR) en muestras de orina tomadas en diversos momentos, además de la concentración de albúmina o las concentraciones de proteinuria en lugar de las concentraciones por sí solas.1
Los laboratorios deben dejar de utilizar el término «microalbuminuria»1
La definición de progresión
Se deben evaluar la FG y la albuminuria en personas con ERC como mínimo una vez al año. Asimismo, se debe evaluar la FG y la albuminuria con una mayor frecuencia en aquellas personas que presenten un mayor riesgo de progresión o cuando la medición de estos parámetros afecte a decisiones terapéuticas. La siguiente gráfica muestra el número de visitas mínimas a consulta que se recomienda.1