La Nefrología, y en general la Medicina, le ha ayudado a empezar de nuevo cuando hace 4 años salió de su país natal, Venezuela, para comenzar una nueva vida. Poder ejercer en cualquier lugar y tener una visión amplia de la vida fueron dos factores que le llevaron a estudiar Medicina y que, tiempo después, le han permitido atravesar fronteras y vivir a más de 7.000 kilómetros de distancia del Estado Falcón, donde tiene sus raíces.
Siempre le gustó ayudar a la gente, hablar con las personas, aprender diferentes materias… “Y todo eso me lo ofrecía la Medicina, que me permite saber un poquito de todo: Biología, Química, Matemáticas, Ingeniería… Con esa formación y esa visión, puedes ir a cualquier lugar y trabajar bien en la parte clínica, en la docente, o bien en investigación”, señala Ramón Antonio Polanco, nefrólogo de los centros de diálisis Huércal Overa y Los Arcos en Almería.
A la Nefrología llegó tras una rotación mientras estudiaba la carrera de Medicina, tras comprobar que para ser nefrólogo hay que saber mucho no solo de la parte clínica y de aparataje de diálisis sino también de medicina interna y de otras especialidades, “porque te deja ver no solo la parte renal, sino que tienes que saber mucho de cardiología, de endocrinología, mucho de medicina interna, un poco de ginecología porque tienes que manejar la preeclampsia, de nefrología pediátrica… En una especialidad, tenías todo el rango de la carrera médica. La Nefrología es una visión amplia de la Medicina, y eso me enganchó”, explica.
Desde 1994 es especialista en esta rama de la Medicina y, durante estos años, ha podido ver su evolución: “He vivido la diálisis desde sus inicios, cuando tenías que hacer cálculos manuales para ajustar la terapia a cada paciente, algo que ahora ya no es necesario porque la tecnología te facilita ese trabajo. Ha sido una evolución enorme la que ha habido”.