Como buena madrileña, a Mayte Curiel Domínguez le gusta viajar bien sea fuera de España, como hacía antes de la pandemia, o dentro de la península, a cualquier destino de playa o de montaña, o por la provincia para visitar algún pueblo referencia de turismo gastronómico. Siempre está dispuesta a conocer algo nuevo. Su iniciativa en la vida privada, también la aplica en su vida profesional, y no solo porque sea responsable operativo del Centro de diálisis Madrid-Moncloa sino porque está convencida de que involucrándose en el trabajo es como se pueden cambiar y mejorar aspectos que pueden derivar en un beneficio para el paciente y para los empleados.
Lleva desde 1998 trabajando como enfermera y, aunque no fue su primera elección a la hora de estudiar una carrera profesional (quería estudiar Medicina, pero no pudo entrar por la nota), cuando empezó a formarse y a tomar contacto con el paciente supo que este era su sitio.
“La Enfermería cuenta con técnicas y conocimientos para aplicar tratamientos y cuidados, pero además tiene la oportunidad de crear vínculos con el paciente, ya que llega al paciente de una manera que otros profesionales no pueden, porque cubrimos desde sus necesidades básicas, a las emocionales, aspectos sociales… Tenemos una perspectiva más amplia del paciente que la que puede tener el médico”, señala.
Sus 24 años en la profesión le han generado conocimiento y rodaje en el trato con los pacientes, “aprendes a cómo conectar con ellos, a que confíen en ti y a tener ojo clínico, porque a veces sin saber muy bien por qué, notas que algo no va bien. Son años de aprendizaje y te das cuenta de todo lo que te ha aportado la experiencia”.
Con los pacientes crónicos “puedes trabajar desde un plano más holístico, puedes hacer seguimiento, establecer vínculos…”. Por eso decidió entrar en Fresenius Medical Care a pesar de no tener experiencia en diálisis. “La empresa ofrece formación al inicio y vas acompañada siempre de otro enfermero experto que te enseña durante un mes y medio, por lo que puedes aprender el manejo del paciente renal. Este no es un servicio en el que puedas trabajar directamente sin conocimiento previo, requiere de formación porque las técnicas que se aplican son diferentes a las de otros servicios, la forma de punción es distinta y el tratamiento que se ofrece es complejo”.
Por eso, entiende que el paciente renal sea receloso, crítico y desconfiando cuando hay una nueva enfermera trabajando en el centro. “El paciente es consciente de que el acceso vascular es su vida, es su manera de conectar con el tratamiento”.
Desarrollo de su carrera
Cuando en 2015, le ofrecieron la oportunidad de ser responsable operativo del centro de diálisis Moncloa, en el que llevaba trabajando desde 2008, pensó que era un reto y también “la opción de seguir aprendiendo y desarrollar mi creatividad. Desde este cargo, conoces más piezas del engranaje y puedes crear algo para mejorar cosas que antes veía como enfermera”.
Divide el 50% de su tiempo entre el trabajo en sala como enfermera y el trabajo en el despacho como RO. “Compatibilizar ambas facetas requiere un esfuerzo, sobre todo, emocional y de gestión del tiempo”.
Por este motivo, recomienda encarecidamente el programa que ella y otros nueve ROs realizaron recientemente, Fit for all (F4R), “porque aporta autoconocimiento y herramientas para automotivarse y motivar a los demás, para saber priorizar, tener una mentalidad de crecimiento y estar dispuesta a aceptar que, a veces, la mejor solución no es tuya, sino que puede venir de otra persona”. Además, de este programa, valora muy positivamente el poder haber estado en contacto con otros RO, compartir problemas y soluciones.