Entonces, ¿Cuánto puedo beber al día?
Su médico deberá determinar cuál es la cantidad de líquidos que debe ingerir a diario. Normalmente suele ser 0,5 litros más la excreción de orina restante (durante un período de 24 horas). Recuerde que, a la hora de contabilizar la ingesta de líquidos, no solo debe contar como ingesta, bebidas como el agua, el café, el té o la leche, sino también aquellos alimentos que se encuentran en estado líquido a temperatura ambiente, como el yogur líquido, el helado o la sopa.
¿Qué puedo hacer para controlar la ingesta de líquidos?
Beber cantidades muy pequeñas es, por supuesto, uno de los cambios más difíciles que debe introducir en su nutrición. Una forma fácil de llevar un seguimiento de la ingesta de líquidos consiste en llevar una botella de agua que contenga la cantidad máxima diaria de líquido que debe beber durante el día. O, cuando se siente a la mesa, ¡simplemente utilice vasos más pequeños, para así tratar de engañar al cerebro!
¿Y qué puedo hacer si tengo sed?
Hay muchos y buenos consejos y trucos sobre cómo reducir la sed. Un método muy eficaz consiste sencillamente en enjuagarse la boca o hacer gárgaras con agua tibia. Y, hasta 4 veces al día, también puede colocarse media rodaja de limón en la boca: ¡le producirá una sensación refrescante!
Si controlar la ingesta de líquidos le supone un gran problema, otra posibilidad consiste en reducir la sed mediante chicles sin azúcar. Los días calurosos, puede preparar cubitos de hielo con gotitas de limón o de otra fruta ácida.