Es maravilloso hablar contigo, Ricardo. Tienes una historia inspiradora sobre perseverancia para compartir con los demás; pero antes, conozcamos un poco más sobre ti.
Me llamo Ricardo García Sala y nací en 1971 en Benejúzar, un pueblito de la provincia costera de Alicante (Espana). Hace casi 20 anos, cuando tenía 26, me enteré de que padecía de nefropatía crónica y que, en algún momento, tendría que empezar a dializarme para poder vivir.
Leer, cocinar y el motor: todos tenemos pasiones en nuestra vida y las tuyas siempre han sido los deportes. ¿Cambiaron tus pasiones después de que te diagnosticaran la enfermedad renal?
El deporte siempre ha sido y siempre será mi pasión. Empecé a jugar al balonmano cuando apenas contaba ocho anos. Cuando me diagnosticaron la enfermedad, tuve que dejar el equipo oficialmente, aunque seguía entrenando siempre que podía. Tres anos después, cuando tenía 29, empecé con la diálisis. No hace falta decir que fue un duro golpe aceptar esta situación a una edad tan joven, cuando tienes toda la vida por delante. Aun así, tengo la suerte de que la diálisis era una opción en mi caso y que podía entrenar los días que no tenía que dializarme.