La ureteronefrosis es un aumento del diámetro del uréter, el conducto que comunica el riñón con la vejiga. En el caso de Javier Floreal Torres Rodríguez, los dos uréteres estaban afectados y a los 9 años tuvieron que operarle de la vejiga. Sin embargo, siempre fue acarreando algún problema, como una peritonitis a los 23 añosy pérdida de la función del riñón derecho.
Lo más grave llegó en 2011 con otra infección de orina que terminó en septicemia y coma. En la UCI llegó a sufrir tres paradas cardiorrespiratorias y tuvieron que extirparle el riñón que le quedaba funcional. Cuarenta y ocho horas más tarde, tuvo que entrar de nuevo en quirófano por una hemorragia hepática, operación que por accidente le seccionó un nervio de la pierna derecha. Tenía 29 años.
Cuando despertó del coma, Javier pensó que había tenido un accidente de moto, porque lo primero que notó es que su pierna derecha no se movía. Sus familiares y el personal sanitario le aclararon que no fue así, y que había vuelto a nacer.
Sin embargo, su nueva vida era muy diferente a la que tenía hasta entonces. En primer lugar, casi no podía caminar, y además tenía que tratarse en diálisis 3 veces por semana. “Pensé en dejar a la que entonces era mi novia, porque creía que la diálisis iba a deteriorar mucho mi salud y que, como algún paciente me dijo al principio, iba a estar de la cama al sofá”.
Y, aunque su vida ha dado un giro de 180 grados, no se puede decir que Javier sea menos feliz que antes de esa estancia en la UCI, 11 años después.
Porque en lugar de dejar la relación con su novia, apostó por ella y por su salud. Empezó a hacer rehabilitación de la pierna con una bicicleta estática. “Después, mi novia me regaló una bicicleta en 2012 y empecé dando paseos. Siempre me gustó el ciclismo, pero nunca había dedicado tanto tiempo a la bicicleta”.
Al poco tiempo, escuchó que, en su ciudad natal, Málaga, se hacía todos los años una prueba de ciclismo de montaña: ‘los 101 Km Legión Ronda’. Fue un revulsivo para él: “pensé que quería hacer esa prueba y empecé a entrenar más y a competir”.
No fue fácil llegar a tener una buena forma física. La primera vez que fue a una maratón con la bicicleta llegó el último. Pero eso no le desanimó, más bien lo contrario, y siguió planteándose hacer ‘los 101’, así que habló con su nefrólogo para contárselo, quien le recomendó que se lo tomara con calma. Sin embargo, en 2016 tomó parte de esa carrera que ha repetido 3 veces más, la más difícil en 2019, con una temperatura media de 37 grados y máximas de 43.