Señala con un tono de queja que es el único de la familia que tiene problemas con el riñón. Ni sus padres ni su hermano ni siquiera sus numerosos primos han padecido nunca una enfermedad renal. Sin embargo, desde que nació tuvo problemas relacionados con el aparato urinario que derivaron hace unos años en una enfermedad renal crónica. “Mi enfermedad fue una lotería que me tocó solo a mí”.
A pesar de esta lotería, Miguel Ángel reconoce que la diálisis, tratamiento con el que lleva 8 años, le permite compaginar alguna de sus aficiones, como el dibujo, y la playa. “Mis padres tienen vivienda en Guardamar del Segura, y allí nos vamos todos los veranos. La diálisis no me impide ir a la playa cada verano. Paso de dializarme en Alcobendas a hacerlo allí durante dos meses o tres o el tiempo que pueda. Y también cambio mi horario de diálisis, porque en Madrid voy a primera hora, 7 de la mañana, pero allí voy por la tarde, a las 20 horas, y eso me permite tener todo el día libre para pasear, bañarme, ir al chiringuito…”.