Juan Carlos Valentín

“No sabía que tenía problemas de corazón ni de riñón”

La enfermedad renal suele pasar durante muchos años desapercibida y, cuando da señales, es porque ha evolucionado y los riñones están muy deteriorados. Es el caso de Juan Carlos Valentín que se enteró de que tenía un problema cuando acudió al hospital por cansancio y malestar general. 

“Intento olvidarme de la enfermedad”

Si hay una fecha que Juan Carlos Valentín tiene grabada en su memoria, esa es la de enero de 2021, cuando Filomena dejó las calles de Madrid intransitables. No sólo porque esta nevada fuera una de las más importantes de las últimas décadas en la capital, sino porque fue el momento en que su salud mostró grandes grietas que le condujeron a un ingreso, una operación cardiaca, tres meses de hospitalización y a diálisis tres veces por semana desde entonces. 

No sabía que tenía problemas de corazón ni de riñón. Lo único que notaba es que me cansaba. Pero cada vez estaba peor. Mi mujer estaba muy asustada. Hasta que fui al médico y me empezaron a hacer pruebas. Me ingresaron, me hicieron un triple bypass y me empezaron a dializar. En el hospital, me derrumbé”, recuerda ahora este madrileño de 57 años. 

Hasta ese momento, Juan Carlos había trabajado durante 35 años como técnico especialista en mantenimiento para la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid, la antigua IVIMA.  Durante todo ese tiempo, pudo recorrerse toda la región en numerosas ocasiones reparando las más de 30.000 viviendas y edificios públicos que hay en la Comunidad. “He hecho más kilómetros que la maleta de un fugitivo”, señala con humor y sostiene que, si tiene que elegir uno de todos los pueblos de Madrid visitados, se queda con Aranjuez. 

Reconoce que “está vacunado” contra los inconvenientes de la diálisis. “Después de la experiencia en el hospital, donde estuve 72 horas enganchado a una máquina, lo de ahora no me parece para quejarse mucho. Te toca vivir esto, ya sabes a lo que tienes que atenerte. Al fin y al cabo, para el problema del riñón hay tratamiento, para otros problemas de salud no lo hay. Si no fuera por la diálisis, nuestra capacidad de vida sería de 15 días”. 

Solo tiene palabras de agradecimiento a las personas que le atienden cada día en el centro de diálisis. “Me tratan con mucho cariño y son todos unos profesionales. Se ve que tienen vocación, nos tratan como si fuéramos una familia. Solo puedo hablar maravillas de todo el personal”, afirma. 

“Si no te respetas a ti mismo, qué puedes esperar”

Tras tres años en diálisis, está realizándose las pruebas para ver si puede entrar en lista de espera para un trasplante. Mientras tanto “intento olvidarme de la enfermedad.Hay días que salgo mejor de la diálisis y otros peor, y cuando eso pasa es porque he tomado muchos líquidos. Es culpa mía. Pero es que es difícil porque tengo que tomar muchas pastillas”. 

Más allá de su tratamiento y cuidados, Juan Carlos apunta que él se encarga de hacer la compra en casa. “Intento aportar algo, ya que mi mujer cocina. No soy un mueble ni una seta. La cardióloga me dijo que no me parase y eso intento”. 

También disfruta de la compañía de Yaco, un loro que lleva 20 años con la familia y que sabe posar como otro más ante la cámara. Sin embargo, lo que más le gusta a Juan Carlos es disfrutar de su música preferida: el heavy metal. Antes de caer enfermo, era un forofo de los conciertos en vivo y, aunque ahora ha bajado mucho la frecuencia, sigue asistiendo a algunos grandes eventos como el de Metallica el pasado mes de julio en el Metropolitano o algunos de los de su hijo Álvaro. “Es guitarrista del grupo The Halford Experience. Antes íbamos juntos a muchos conciertos, lo ha vivido conmigo”.

Por último, insiste en que la diálisis es una opción para los pacientes renales: “o te dializas o estás muerto. Pero hay personas que no se cuidan, que siguen fumando. A mí también me gustaba fumar, no se me olvida, pero ya no lo hago porque no debo. Es lo que tengo que hacer, porque es algo bueno para mí. Si no te respetas a ti mismo, qué puedes esperar”.