Ángeles Brito

“La diálisis me ha dado la vida”

Lleva 14 años dedicada a la pintura, su gran pasión, y a otras aficiones como son cantar en un coro o salir con sus amigas. La enfermedad renal crónica, que padece desde muy joven, estaba a punto de dar al traste con estas actividades e incluso con su vida. Sin embargo, gracias a la diálisis, Ángeles Brito ha recuperado la energía de vivir. 

"Desde que he comenzado con la diálisis, no he vuelto a visitar a un médico"

A sus 76 años, esta gomera de nacimiento y tinerfeña desde la infancia tiene claro que su vida ha dado un giro de 180 grados desde que hace año y medio comenzó con la diálisis. “Mi calidad de vida ha mejorado mucho, de la noche al día”, señala esta entusiasta de la pintura. 

Tras sus primeros embarazos, comenzó a tener diabetes e hipertensión. Quizás su predisposición genética (su padre tuvo enfermedad renal crónica y precisó de diálisis) junto con la gestación de 9 hijos (fue por primera vez madre a los 16 años) conllevaron que sus riñones empezaran a fallar desde muy joven. “Empecé con diabetes sobre los 20 años, y también a tener la tensión alta”. 

De esta manera, la salud de Ángeles fue deteriorándose poco a poco. A los 66 años tuvo un infarto cardiovascular, estuvo 12 minutos en parada. Le colocaron un marcapasos. “En el año previo a la diálisis, tenía que ingresar todos los meses. Siempre estaba en el hospital. No podía respirar ni caminar. Me quedé varias veces sin conocimiento. Empeoré mucho. Notaba que mi sangre no estaba bien. Pero, mi doctora fue retrasando la diálisis porque pensaba que mi cuerpo no la iba a resistir”. 

Finalmente, hace un año y tres meses comenzó con la diálisis, tratamiento que afirma “me ha cambiado la vida. Desde que he comenzado con la diálisis, no he vuelto a visitar a un médico, salvo el del centro de diálisis. Estoy muy contenta”. 

Desde que está en diálisis, reconoce que tiene más cuidado con la alimentación y cumple con los requisitos de limitación de líquidos diariamente. “Incluso tengo más controlados los niveles de azúcar, ya que estoy más pendiente de lo que tomo”. 

Ni siquiera se queja del tiempo que debe estar en el centro de diálisis para su tratamiento, ya que aprovecha las horas para ver Netflix en su tableta o charla con sus compañeros de diálisis. 

La magia de la pintura

Es tal su mejoría, que ha podido recuperar las actividades a las que se aficionó hace 14 años, cuando decidió dejar la costura a un lado. “Al principio, me pusieron la diálisis los lunes, miércoles y viernes por la tarde, pero eso me impedía retomar mis actividades. Así que hablé con el centro y me cambiaron al turno de mañana. Así que puedo ir a pintura, al coro o al bingo con mis amigas”. 

Comenzó pintando figuras de yeso y madera, para distraerse, pero su profesora la incitó a dar el paso al óleo. “Pintar es mágico. Ver un paisaje, dibujarlo a lápiz y luego pasarlo al lienzo. Es entretenido y relajante”, afirma. 

Sus compañeros de terapia y el personal del Centro de Diálisis Tenerife conocen su pasión por la pintura. Hace poco, le propusieron hacer una exposición de pintura en el centro. Durante unas semanas, todos pudieron ver una decena de obras suyas. 

Junto a la pintura, la música es su otro gran entretenimiento. “Me gusta desde siempre cantar”. Los viernes por la tarde no falla nunca al ensayo con el coro de su iglesia, donde forma parte de las voces graves, con el que canta todos los sábados.

Si tuviera que elegir entre estas dos aficiones, Ángeles no duda en escoger la pintura como su actividad favorita. Sostiene que lo que más le gusta dibujar son los paisajes y los pueblos canarios, como el de la Orotava (en la imagen superior) o el Teide (imagen inferior), son sus mejores inspiraciones para llenar los lienzos.