Noemí Pons

“Cada vez tenemos más pacientes de otras nacionalidades "

Noemí Pons, enfermera del Centro de Diálisis Barcelona-Roselló, ha puesto en marcha la iniciativa ‘Por fin nos entendemos’, con la que trata de mejorar la comunicación entre pacientes de otros países y personal sanitario. 

Contar con todos los pacientes

Lo primero que pensó Noemí Pons cuando se apuntó al Programa de Mejora de Experiencia del Paciente 2023, llevado a cabo en 10 centros de diálisis FME de Cataluña, fue en realizar una encuesta a los pacientes de su centro de diálisis para conocer mejor sus opiniones sobre diferentes temas que podían afectarles durante su estancia en la clínica. Sin embargo, volvió a comprobar que este gesto era imposible con algunos de ellos por la barrera idiomática. De ahí surgió una iniciativa que está ayudando ahora a mejorar la comunicación entre pacientes y personal de diálisis. 

La iniciativa “Por fin nos entendemos” se puso en marcha en el Centro de Diálisis Barcelona Roselló en 2023, impulsada por esta enfermera tras participar en el programa que Fresenius Medical Care realizó en los centros de diálisis de Cataluña y después amplió al resto de sus centros de diálisis en el país. “Cada vez tenemos más pacientes de otras nacionalidades y, en ocasiones, es difícil entendernos por el idioma. En nuestro centro, con los que tenemos más dificultades a la hora de comunicarnos son con los de origen paquistaní, pero también con los alemanes, franceses…”. 

Noemí Pons lleva trabajando 25 años en este centro catalán, primero como auxiliar de enfermería durante 10 años y después como enfermera. Ahora, también es formadora de los alumnos de cuarto curso de enfermería a quienes les dice que el “trabajo de enfermera de diálisis puede ser muy interesante si le pones ganas, ya que hay posibilidad de involucrarte en proyectos para aprender cosas nuevas. Además, con los pacientes crónicos puedes interaccionar mucho”. 

Precisamente, eso es lo que consigue el proyecto “Por fin nos entendemos”: mejorar la interacción con los pacientes que, idiomáticamente, quedan relegados. “El proyecto debía ir dirigido hacia ellos, para que vieran que también contábamos con ellos”. 

"Buscamos una imagen para cada síntoma"

La iniciativa comenzó con una llamada a los familiares de las personas implicadas para contarles el proyecto y una carta explicativa con los motivos y finalidad, adjuntando el documento con los pictogramas que se iban a utilizar en sala. 

Cuando hay una barrera idiomática, los pictogramas son una buena alternativa para mejorar la comunicación y poder saber lo que le pasa al paciente en un determinado momento. “Son habituales en los hospitales, pero no encontré nada para los pacientes de diálisis. Buscamos una imagen para cada uno de los síntomas más frecuentes que se dan en la diálisis. Los reunimos en una hoja que plastificamos y pusimos en el lateral de la máquina de diálisis y una copia se la entregamos para que se la llevaran a su casa. Es algo muy básico, pero muy útil, nos acercan a los pacientes de otras nacionalidades. A mí me sirven cada día”.

No obstante, Noemí reconoce que los pictogramas no funcionan igual con todos los pacientes. “Tenemos uno de Filipinas con el que han ido muy bien, al igual que con los pacientes alemanes y rumanos, que les gustó y les dio seguridad. En otro caso, un paciente japonés que no se encontraba bien y no sabíamos lo que le pasaba, nos señaló la imagen de la prueba de glucemia, es decir, que estaba sufriendo un episodio de hipoglucemia. Sin embargo, con las mujeres de origen paquistaní no ha sido lo mismo. Creo que se trata de una barrera cultural, porque el problema más que el idioma es que ellas no suelen o quieren comunicarse mucho con otras personas ajenas a su círculo”.

Este tipo de iniciativa podría aplicarse en cualquier otro centro de diálisis. “Sé que dos o tres centros se han mostrado interesados, pero estaría bien que lo tuvieran todos”, señala.